El mantenimiento de las piscinas de acero inoxidable
El mantenimiento de las piscinas de acero inoxidable: ¿El acero inoxidable no necesita ningún tipo de cuidado? ¿Es un producto indestructible?¿Se puede rayar? Estas y muchas preguntas más son las que gran parte de nuestros clientes se pregunta a la hora de comprar una piscina o spa de acero inxodiable. Por ello, a continuación resolveremos estas dudas y algunas otras relacionadas con el mantenimiento de piscinas.
Limpieza y mantenimiento de las superficies de acero inoxidable
Es un error pensar que el acero inoxidable sea indestructible y que no se vea afectado por la corrosión, se define inoxidable por ser resistente a la corrosión gracias a una delgada película de óxido que se forma a nivel molecular sobre su superficie.
Esta película está formada por el oxígeno absorbido por la exposición del metal al aire, se convierte en una barrera natural de protección contra los agentes atmosféricos normales.
La explicación es la siguiente: El acero inoxidable es un acero de elevada resistencia a la corrosión, dado que contiene cromo u otros metales aleantes, que poseen gran afinidad por el oxígeno y reaccionan con él formando una capa pasivadora, evitando así la corrosión del hierro. Sin embargo, esta capa puede ser afectada por algunos ácidos, dando lugar a que el hierro sea atacado y oxidado por mecanismos intergranulares o picaduras generalizadas.
Por lo tanto, es claro que cualquier causa que impida la formación o permanencia de esta película sobre la superficie del acero reducirá drásticamente la resistencia a la corrosión.
El acero inoxidable también puede dañarse considerablemente si no viene tratado correctamente y si no se realiza un mantenimiento constante y cuidadoso.
La corrosión se desarrolla en la superficie del acero inoxidable en ambientes constituidos generalmente por soluciones diluidas con presencia de iones halógenos (por ejemplo de cloro o bromo). La condición para que suceda la ruptura del estrato pasivo en el punto débil está determinada por la combinación de tres elementos: la resistencia intrínseca del acero inoxidable a este tipo de corrosión, la concentración de la solución agresiva y la temperatura.
Cuando se ha presentado el fenómeno de corrosión por picaduras conviene proceder, si es posible, al “arranque” de la zona picada actuando con medios mecánicos abrasivos y luego proceder a la pasivación de toda la superficie.
Su resistencia y durabilidad están estrechamente relacionadas con un uso adecuado, un mantenimiento correcto y constante, así como con la utilización de productos y materiales de limpieza adecuados y certificados para preservar sus características originales.
La mutación de la naturaleza química y física del ambiente en el que se encuentra puede causar muy rápidamente inconvenientes de considerable gravedad.
Consejos para el mantenimiento de piscinas de acero inoxidable
-En las piscinas con Skimers limpiar frecuentemente la zona de la lámina de agua para evitar que se acumulen en las paredes depósitos en suspensión presentes en el agua.
-En las piscinas con Canal Rebosadero, quitar rejillas y limpiar frecuentemente la canal y la rejilla (por la parte vista y por la parte no vista) con agua de red.
-En las piscinas con canal oculta, limpiar la canal con agua a presión por las zonas donde se tenga acceso.
-Evitar que soluciones salinas se sequen o permanezcan estancadas en la superficie, ya que puede dar lugar a fenómenos de corrosión.
-Evitar el contacto prolongado con el material ferroso (lana de acero, monedas, clips, herramientas,
raspadores, etc.) para no causar corrosión a través de la contaminación por partículas ferrosas llevadas en circulación.
-Limpiar y enjuagar a fondo las superficies de acero inoxidable con agua de red.
–Frotar en la dirección del grano en caso de acero satinado.
–Nunca dejar la piscina en hivernación con agua sucia depositada en el fondo.
-En caso de aparición de alguna mancha de óxido limpiar lo más rápido posible con un estropajo tipo Scocht Brite que no haya sido usado para otra cosa.
Principales causas de oxidación del acero
-Residuos ferrosos dejados apoyados sobre superficies húmedas (sin secar) monedas, clips, clavos, herramientas. Etc.
–Residuos ferrosos llevados en circulación por el aire en forma de polvo que se depositan en la superficie y acaban en el fondo, dando lugar a depósitos de barro cargados de material ferroso.
–Cal, que si no es siempre eliminada conduce a un debilitamiento del acero (estrés) en los puntos o superficies donde se ha acumulado.
-Proyecciones de radiales, proyecciones de soldadura, virutas metálicas, polvo de obra en general, todo esto arrastra material ferroso que acaba depositándose en la piscina y da lugar a oxidación.
–Limpiadores a base de cloro o amoniaco.
–Acumulaciones de sal (en el caso de Cloración Salina, NO recomendable) que se depositan en resquicios, suelo, etc. dando lugar a un proceso de oxidación muy rápido.
–Productos detergentes a base de cloro, tales como lejía o productos análogos normalmente en el mercado, ya que pueden producir grave corrosión.
–El contacto directo o sólo los vapores emanados por productos ácidos (ácido muriático/clorhídrico), alcalinos (hipoclorito de sodio/blanqueador/lejía) o amoniaco, utilizados directamente o contenidos en los detergentes comunes utilizados para la limpieza y desinfección de suelos, baldosas y superficies lavables.
–Apoyar o emplear paños o esponjas utilizados para la limpieza de otros objetos o materiales.
Es también importante saber que el uso de lana de acero o instrumentos similares para la eliminación de residuos de alimentos solidificados y endurecidos puede dejar partículas microscópicas que, al separarse de estos objetos, se depositan sobre las superficies de los equipos causando por contacto un rápido proceso de corrosión irreversible o casi, a menos que no se actúe en un corto período de tiempo (una partícula ferrosa dejada en un ambiente húmedo tarda pocas horas en causar corrosión).
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